Monday, March 19, 2018

Mi primer perro

     Todavía recuerdo la vez que conseguí mi primer perro, tenía ocho años y mi hermana apenas cumplío los catorce años. Jamás habíamos tenido una mascota en nuestra vida. Cuando yo era más joven, yo era solitaria porque mi hermana ya estaba a la edad en donde no quería jugar conmigo. Por eso, yo deseaba tener a alguien con quien jugar. 
     En el verano del 2010 era un día muy soleado, hacía un calor muy rico. Mis papás nos llevaron a San Francisco a visitar a familia. Mi primo estaba vendiendo cachorros, y le preguntó a mi papá si él estaba interesado en comprar un cachorro. Mi padre es bien serio e intimidante, a él no les gustan los animales excepto a los toros. Así que, cuando mi papá dijo que sí, mi primo estaba muy sorprendido. Mi mamá era la única que mi papá he había contado al momento, mi hermana y yo no sabíamos nada de lo que sucedido. Luego llegamos a casa sin un cachorro, pero no sabía que el futuro me tenía salvada.
     Cuando al fin llegamos a casa, mi mamá, unos días después, nos llevó al centro y entramos a una tienda y nos dijo –Tenemos una sorpresa grande para ustedes.
     Mi hermana se miraba algo confundida porque mis padres nunca nos hacían sorpresas. Yo me puse feliz y le respondí a mi mamá 一¿Es un perro?
     Mi mamá me mostró con su dulce sonrisa llena de alegría que yo era correcta. Yo me puse muy feliz, por fin iba a tener a alguien con quien jugar. Los días pasaron e iba a conseguir a mi cachorro. Ese mismo día fuimos al PetSmart a comprar la cama, la comida y los juguetes. Más en la tarde llegó mi primo con el cachorro y yo me puse muy feliz. Todavía me recuerdo la primera noche, él todavía no tenía un nombre y se durmió en la cocina. Toda esa noche oímos llantos, me dio tanta lastima, creo que estaba asustado.
     Unos meses pasaron y mi cachorro estaba más grande y bien sano, le pusimos el nombre Teddy como osito. Era negro como la noche, pero tenía una raya blanca en el pecho, como un zorrillo, era perfecto.

Friday, March 16, 2018

No toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido

      Todavía recuerdo la vez que vi a mi madre nuevamente después de tres años de haberse mudado a los Estados Unidos. Antes de que ella se fuera a los Estados Unidos con mi hermana la más pequeña, mi madre habló con mi padre por cuáles eran las razones de que ella necesitaba viajar tan lejos. Yo no sabía y tampoco comprendía que mi madre se iría por tanto tiempo. En realidad yo no sabía que mi madre no volvería pronto. Sin embargo, mi papá nunca me mencionó nada sobre mi mamá o cuál había sido el problema que hubo para que mi mamá se fuera por tanto tiempo. A mi edad de 12 años solo pensaba en jugar con mis vecinas o ver televisión. Yo estaba acostumbrada a estar con toda mi familia con mi mamá, mi papá y mi hermanita la más pequeña. Desafortunadamente, no fue así mi madre se fue llevándose a mi hermanita dejándome sola con mi papá en México.
     Toda mi familia es de México. Vivíamos en el estado de Colima en el municipio de Manzanillo en la costa con un clima un poco caliente pero agradable. Vivíamos muy cerca del agua salada; recuerdo que era tan cristalina como una alberca y tan clara y azul como el cielo. Nuestra casa estaba muy cerca del mar a tan solo unos metros de lejos. A mi familia y a mí nos gustaba bañarnos en el mar casi siempre cuando teníamos tiempo libre y sentir agua helada en lo más profundo y tibia por encima. Nos gustaba sentir la arena suave, masajeante y fina como si fuese harina para pasteles en nuestros pies. Nos gustaba ver los manglares y palmeras que rodeaba nuestra casa pintoresca de ladrillos y algunas orillas del mar. Siempre se movían muy repentinamente con el viento como si estuviesen bailando y dándonos la bienvenida todas las veces que podían, disfrutando del bello mar que los rodeaba aquí en Manzanillo, Colima. Además, a mi hemana-la más pequeña-le gustaba atrapar los cangrejos que andaban por la playa escondiéndose en pequeños agujeros muy diminutos que parecía como si alguien con un lápiz se hubiese puesto a picotear la arena. Era un paisaje hermoso. 
     Primero, un día en la noche llegué a mi casa después de haber ido a casa de una prima. Entré a mi casa y mi papá ahí estaba sentado en nuestra sala. Me dijo: ¡一Ya llegaste hija! ¿Cómo te fue hija en casa de tu prima? Yo le contesté:一Muy bien. Fuimos a comer y después fuimos de compras. Sin embargo, él me dijo:一Te tengo una sorpresa 一Ve al cuarto, abre la puerta y ahí estará tu sorpresa. Fui, abrí la puerta y después miré hacia dentro cuando vi a mi madre y a mi hermanita.
     Luego, sin darme cuenta, mis ojos se empezaron a humedecer y mis lágrimas empezaron a caer. Corrí a abrazar fuertemente a mi mamá y a mí hermana. No podía describir lo que mi corazón sentía era como una tormenta de emociones dentro de mí. Nunca por mi mente paso volver a ver a mi madre después de largos años y menos que ella viniera a visitarme tan repentinamente. Al igual ella estaba en llanto me abrazaba fuerte repitiendo:
一Perdóname por haberte dejado tanto tiempo.
一Perdóname.
En ese momento supe que todas mis dudas y mi resentimiento hacia ella y supersticiones que antes tenía habían sido automáticamente aclaradas sin que yo misma me diera cuenta. Mi hermana no dejaba de abrazarme al igual que mi madre en su rostro veía mucha emoción y felicidad por estar de nuevo conmigo. Finalmente, mi mamá me dijo: 一Voy a estar contigo por unas 2 ó 3 semanas, así que no te preocupes por nada. Esperó que este tiempo sea el suficiente para hablar contigo y pasar unos buenos días aquí.
     Sin embargo, aunque fue triste escuchar que mi mamá solo se iba a quedar unas semanas, verla de nuevo fue el mejor momento inolvidable de mi vida. Yo sabía que ahora tenía la edad necesaria para entender mejor las cosas y también podía entender cuáles fueron los motivos que habían orillado a mi mamá a irse tan lejos y por qué ella no podía llevarme a su lado. Ahora siento que gracias a su visita estoy más tranquila y me siento feliz de que ella se hubiese tomado el tiempo de poder venir y hablar conmigo para explicarme las cosas que mi padre no me supo explicar. Ahora tengo una vida mejor, me siento feliz sin tener rencores o resentimientos encontrados. Este acontecimiento de mi vida siempre tendrá importancia en mí y lo seguiré recordando el resto de vida porque me transformó como persona. Me ayudó a pensar siempre mejor las cosas antes de juzgar por ignorancia. Entendí que todo pasa por una razón y esa razón siempre tiene alguna explicación.

Thursday, March 15, 2018

Viaje de graduación


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     Recuerdo muy bien mi primer viaje de graduación que hicimos mis compañeros de sexto de primaria. Estaba muy emocionada, ya que era mi primer viaje con amigos. Todos nuestros padres decidieron que el viaje sería a un lugar llamado “Canoas”, un pequeño pero hermoso pueblo a 4 horas de donde vivíamos, que es muy conocido por sus hermosos ríos y cascadas. Decidieron ir ahí porque los papás de un compañero tenían una hacienda muy grande.
     Cuando llegamos quedé sorprendida y maravillada al ver lo bonita que era la hacienda y la naturaleza que la rodeaba. El pasto y los árboles estaban verdes y lozanos, se podía oler lo fresco del pasto, la luz del sol iluminando el jardín, el cielo azul como el mar y las nubes de algodón. Se escuchaban los pájaros cantando su dulce melodía y el zumbido de las abejas.
     Mis compañeros y yo queríamos dormir afuera para ver las luciérnagas de noche, así que pusimos nuestras carpas en el pasto. Cuando terminamos de montarlas, todas las mamás habían hecho de cenar y nos llamaron para ir. Recuerdo que la cena fue deliciosa, todos saboreamos mucho la comida, pero lo mejor fue el postre, ya que hicieron una fogata, nos dieron bombones y un palo de madera para acercarlos al fuego y empezamos a contar historias de terror. De repente una compañera interrumpió diciendo:
-Miren, son las luciérnagas.
-Vamos.
     Todos nos paramos de la fogata y fuimos a donde estaban las luciérnagas. Observamos lo hermosas que estaban hasta que tuvimos que ir a dormir porque era tarde. Al día siguiente nos levantamos y fuimos a la cascada más cercana. Siempre fui muy tímida al hablar o expresar mis emociones con la gente, pero ese día cambie. Empezamos a hablar todos como si nos conocieramos de toda la vida, las niñas que no se hablaban con otras terminamos hablando todas, hice demasiadas amistades que no tenía antes. Hablamos, reímos y compartimos historias sobre cada una, nos volvimos inseparables. Nunca olvidaré el buen momento de felicidad y unión que tuvimos en ese viaje y en especial en la cascada donde fue la primera vez que hable con amigas sin ser tímida.
     No olvidaré, que gracias a ese viaje, soy una persona confidente, segura de mi persona, valiente y sociable. Que en ese viaje conecté con amistades verdaderas que siguen estando en mi vida ahora en el presente. Ellas me ayudaron a encontrarme y convertirme en una persona segura de mi misma, nunca lo olvidaré porque fue un viaje que marcó mi vida y mi persona por siempre.

La partida de mi abuela

     Si tan solo al principio supiéramos la tragedia qué pasaría. Era un día cálido en aquel verano del 2010. Yo tenía 10 años, además la alegría de tener un descanso de la escuela invadía mis emociones. Del mismo modo mis padres y mis tías habían planeado ir a un lugar turístico llamado “Mazamitla” con venados, cascadas, tirolesas y más. De hecho era como si viéramos un paraíso, era el día perfecto. Por otro lado mi abuela tenía ya 83 años. Aunque ella era muy vieja ella aún caminaba y se sentía muy bien siempre. Además ella estaba sana, su pelo era blanco como el algodón, su piel arrugada por los años. Solamente le gustaba salir a la iglesia, ya que ella era muy religiosa. Asimismo iba a la iglesia regularmente, pero no le interesaban las salidas a lugares diferentes ni turísticos. A si que por lo general ella no solía acompañarnos.
      Aquel 25 de julio mi familia y yo salimos a aquel lugar turístico tan bello. Cuando de repente, algo inesperado sucedió. En resumen mi abuela nos preguntó que si podría acompañarnos a aquel lugar tan bello. Nosotros asombrados, sin duda le dijimos que claro que sí. Debido a que era la primera vez en mucho tiempo que salía fuera de la ciudad. Sorprendidos por la decisión, le compramos a mi abuela su comida favorita--hígado--para que así se sintiera ella aun mejor.
     Más tarde llegamos al lugar con mi familia, había mucha naturaleza-- helechos, rosas y animales que no se ven muy seguido en ese lugar. Mi abuela estaba tan feliz por estar ahí. Ella jamás se había dejado tomar fotos por nosotros, ya que a ella no le gustaba eso de la tecnología ni que ella saliera en fotos. Pero, extrañamente, ese día, sin razón alguna, ella le dijo a mi tía一Hija, ¿Me puedes tomar una foto aquí, por favor? Mi tía estaba de lo más feliz, ya que mi abuela por fin se había querido tomar una foto. Ella felizmente nos dio una sonrisa tan bella como el atardecer de aquel dia.
     Comimos todos juntos, hablamos, jugamos y reímos por mucho tiempo. Después de comer fuimos a ver una cascada que caía de lo más alto y la briza era como nieve en diciembre. De repente, miramos que mi abuela tranquilamente extendió sus brazos como si quisiera volar y la briza de la cascada rozaba su pelo blanco tan hermoso y bien cuidado. Ella suspiró fuertemente y dijo “Gracias”. Nosotros nos extrañamos por aquel gesto tan raro y no solo eso sino que por todo lo que había hecho aquella tarde.
     Mientras que oscurecía nos retiramos del lugar. En el camino ella venía hablando sobre infancia. Pareciera que nos estaba dando un resumen de su vida. Más tarde, llegamos a casa y ella muy contenta bajó del carro. Dijo “Gracias por todo, los quiero, buena noche,” y se fue a su casa a dormir. Además a ella le quedaba muy cerca de nuestra casa, ya que éramos vecinos y siempre mi madre o mi padre le llevaban algo de desayunar.
     A la mañana siguiente, escuché alaridos, gritos fuertes y horribles. Espantados, nos dimos cuenta de que era mi madre que había ido a llevarle el desayuno a mi abuela y miró que aun no despertaba. Mi madre miró su cuarto y se encontró con que ella estaba sin moverse y no respondía--mi abuela había muerto.
     Aquel día fue uno de los días más tristes de mi vida y me enseñó a que hay que apreciar aquellos pequeños momentos felices en la vida, a veces se van de tus manos como arena, y no sabes si se volverán a repetir. Por último, siento que de menos pudimos disfrutar al maximo a mi abuela ese ultimo dia antes de su partida. Así, como el día anterior, no nos imaginábamos que iba a ser la partida de mi abuela.

El fútbol

     Era el 19 de agosto. Me desperté esa mañana emocionado porque era el día que mi equipo de fútbol americano íbamos a jugar nuestro primer juego. Estaba nervioso también porque no sabía qué esperar. Nunca había jugado un juego de fútbol en mi vida. Era un jamboree, eso significa que el partido solo iba a durar 15 minutos. Me empecé a relajar porque pensé que jugando fútbol americano iba a ser fácil. Aliste mis cosas para jugar y comí el desayuno que me preparó mi madre. Luego me fui a harbor high school donde estaban todos mis compañeros en el vestuario esperándome.
     Todos estábamos emocionados como perros cuando tienen un nuevo juguete. Coach Gaynor gritó: “¡Todos agarren sus cosas y súbanse al autobús!” Nos subimos al bus y me senté solo. Puse mis audífonos en mis orejas y estaba en mi propio mundo. Estaba oyendo rap. Estaba pensando en como iba y que iba hacer a jugar y que voy a hacer. Tenía mi celular en una mano y mi casco en la otra. Pasaron unos 10 minutos y llegamos a Santa Cruz High School. Era una escuela muy grande. La primera cosa que miré cuando llegamos fue el otro equipo. Estaban altos y gordos. Sus uniformes eran rojo como la lumbre. Pero a mí no me asustaban. Mire a mis compañeros y unos se miraban nerviosos. Les dije que sean fuerte. Antes de jugar, nuestro entrenador nos habló para motivarnos. Dijo: “¡agresivos y jueguen duro, peguen a cualquier cosa que esté moviendo!” A este punto estábamos todos listo a jugar. Para mi no era un juego, era una guerra.
     Después corrimos todos al pasto y mire la gradería. Había mucha gente mirándonos. Luego mire a mis padres y mi hermano mayor Anthony. Me dio motivación viendo a mi familia. De repente, empeso el juego y no estaba listo. Un niño del otro equipo tenía la pelota, cuando pasó por mí brinque encima de él y le pegue en la cabeza. Estaba pegando a niños como un toro. Luego el quarterback del otro equipo trato de tirar la pelota. Entonces corrí hacia él para tumbarlo, pero un niño muy alto y gordo me pego del lado que no estaba mirando y me caí en mi muñeca. Sentí un dolor muy filoso como una navaja pero lo ignore con la adrenalina y segui jugando.
     El juego duró 15 minutos pero sentía como si nunca iba a acabar. Estaba muy cansado. Mi boca sabia como tierra de un desierto. Una bola de niños se cayeron encima de mi y otra vez me caí en mi muñeca. Esta vez era peor y me tuve que salir del juego. Se sentía quebrada. Tim, nuestro médico, me envolvió mi muñeca con cinta. Estaba hinchada como un globo. Estaba sentado mirando a mis compañeros jugar y pelear sin mí. Era el peor sentido porque no podía hacer nada. Era un peor dolor el de mi muñeca. Faltaba solo 5 minutos en el juego y le pregunté a mi coach si me podía meter al juego otra vez. Dijo que no y le rogué que pudiera jugar un poco más. Finalmente me dejó y corrí al pasto, listo para los golpes otra vez. No tenía ninguna energía--estaba jugando con puro corazón. El árbitro chiflo el pito para señalar que se acabó el juego. Estaba satisfecho que no me vencí.
     Finalmente nos subimos al autobús para regresar a nuestra escuela. El camino era silencio como la noche. Me di cuenta de que el fútbol americano no es fácil, envés es un deporte muy difícil. Desde ese dia practique muy duro para sobrepasar este desafío.

La familia vs la separación

     Cuando tenía cuatro años mi hermanita nació y fue un día muy bonito, pero después de eso todo fue complicado. Empezó una batalla legal muy grande por la custodia de mi hermano grande, mi hermana pequeña, y por mí .
       Mi papá y mi mamá (son mi abuelo y abuela, pero para mí son mi mamá y papá) han cuidado de nosotros desde el primer día y ahora iban a adoptarnos.
       Cuando empezó el proceso, tenía miedo porque nos habían dicho que nos iban a mandar al sistema de Foster Care. Al pensar que nos iban a separar, me hizo sentir mal, pero tuve un consejero quien,con el pasar del tiempo el se convirtió en amigo. Andy, mi consejero, me ayudó a entender lo que estaba pasando. Por suerte la jueza dejó que nos quedamos juntos los tres por el proceso del caso. Al pasar del tiempo había pensado que el caso fuera rápido pero no, las condiciones de salud de mi hermanita no estaban bien. Ella había nacido con la mitad de su cuerpo inmóvil. Por eso fue metida a una casa de Foster Care especial para poder ayudarla a volver a usar su cuerpo. Yo me acuerdo siempre que íbamos a visitarla ella se recuperaba más y más.
        Después de que mi hermanita estaba bien, empezaron las citas en la corte. El abogado, Mr.Comstock, fue una de las ayudas más grandes que pudiera haber recibido mi familia. No solo era amigo de mi mamá sino que no nos cobró por su tiempo. Después de unos meses fuimos a la corte. La otra familia había cuestionado el estatus legal de mis padres, pero la jueza dijo: “en esta corte el estatus legal no está siendo visto, sino que estamos viendo el bienestar de estos 3 niños”. Al decir esto, todo estaba callado como si el tiempo se hubiera parado. El abogado sabía que con eso ya había ganado su caso. La jueza y el jurado dieron su veredicto--ahora éramos de la familia Torres Luna, un apellido de una famila que nunca se rindió aunque todo estuviera en contra de su favor. “Yo tengo orgullo de ser de esta familia,” pensémientras que firmaban los papeles de adopción. Por fin, éramos una familia que nadie nos pudiera separar.
        Al fin, lo que me hizo cambiar fue que vi que todos los que mis padres conocían nos ayudaron con todo lo que podían . Al empezar, yo era un niño sin amigos, pero después, aprendí de esto que las amistades son muy buenas no sólo porque te pueden ayudar sino porque tienes a alguien en que puedes confiar. También aprendí que aunque te encuentres solo y en tiempos de soledad, la familia siempre va a estar para ayudarte en tus tiempos de necesidad. Ya después de los años, es un evento que me ha hecho pensar mucho en qué tanto me importante la familia y las amistades a mí.

Mi primer sobrino

     Uno de los momentos más especiales de mi vida fue el día en que mi primer sobrino nació. Desde que él estaba en el vientre de mi hermana, yo le he tenido mucho amor.
     El nació el 4 de Junio del 2013. Ese día yo estaba en la escuela y cuando mi mamá me recogió, me dijo que mi hermana estaba en el hospital de Watsonville y teníamos que ir con ella.
    Primero, tuve que ir a la casa porque mi papá y mi hermano querían ir; entonces los tuvimos que recoger. Cuando llegamos al hospital, allí estaba el papá del esposo de mi hermana. Le preguntamos cómo estaba mi hermana. Nos contó que el parto estaba muy complicado. Le pusieron medicina para provocar las contracciones pero el bebé no nacía. Después de muchas horas y ver que no nacía el bebé, decidieron hacerle cesárea a mi hermana para la seguridad del bebé y de ella.
     Después de un tiempo el esposo nos comentó que todo había salido bien y que mi hermana estaba en el cuarto de recuperación y que podíamos entrar a verla. Cuando entramos la enfermera estaba bañando a mi sobrino y lo cambió. Luego le pedí que me lo diera. Al cargar a mi sobrino me sentí muy feliz. Tenía su piel blanca como una perla sus mejillas rosadas y sus labios rojos como una fresa. Su pelo era negro y sus ojos eran café claro.
    Cuando mi hermana salió del hospital nos la llevamos a casa por dos semanas. Yo la ayudaba a ponerlo a dormir y a veces le cambiaba los pañales. También cuando mi hermana necesitaba descansar yo lo cuidaba. Las dos semanas que estuvo en mi casa fueron días que nunca olvidaré. Llegué a pasar mucho tiempo con mi sobrino y me encantó. Aprendí muchas cosas y me enseñó a ser más responsable.